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Channel: La Paz – Sabores de Bolivia
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Charque de Llama – Charkhi Kanka (Aimara)

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Ingredientes para seis personas: 6 pedazos de charqui 2 cucharadas de ají amarillo Comino molido al gusto Orégano desmenuzado al gusto 1 litro de agua 2 huevos duros rebanados Sarza Preparación Lavar el charqui y cocerlo en una olla cubierta de agua por media hora; luego golpearlo hasta que quede como hilachas y picarlo. Cocer […]

Picana Paceña

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Ingredientes

  • 1 pollo mediano cortado en 10 presas o 10 muslo de pollo
  • 2 kilos de pecho de vaca cortado en 10 trozos
  • 1 lomo de cerdo con 10 mudos
  • 10 nudos o chuletas de cordero sin grasa
  • 10 papas partidas en 2
  • 5 choclos partidos en pedazos
  • ¼ botella de vino blanco
  • 6 zanahorias cortadas
  • 4 cebollas partidas en 4
  • 1 cucharada de ají colorado molido
  • 1 cucharada de paprica

Preparacion

  1. Cueza el pecho y el cordero con sal, cuando este a medio cocer añada el cerdo, el pollo y las verduras, los condimentos y el ají, menos el choclo y la papa que se hace cocer separadamente. Cuando esté cocido añadir el vino probando para darle el gusto. Sirva en platos de sopa. Ponga una papa y un choclo a cada plato y sirva encima la sopa repartiendo las carnes y las verduras.

 

“Epicuro Andino”

Recopilado por: Teresa de Prada, Peggy Palza, Wilma W. Velasco, Susan Gisbert

La Paz – Bolivia 1995 – Sexta Edición

 


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Jak’onta

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Plato típicamente paceño (del departamento de La Paz) que se sirve como plato único, preferentemente por las mañanas.


Lo preparamos con:

  • 3 litros agua
  • 1 taza chuño negro,
  • 5 trozo carne de res remojado (pecho ó aujilla)
  • 1 repollo pequeño
  • 1 cebolla mediana
  • 1/2 taza arroz
  • 1 tomate pequeño
  • 10 papas pequeñas,
  • 1/4 locoto, sin semilla peladas
  • 1 cuchara sal 1 cuchara perejil picado, para decorar

 Preparacion

Ponemos en la olla con el agua ligeramente tibia la carne, las verduras picadas y la sal; dejamos hervir durante una hora y media (dependiendo de la calidad de la carne).

 Mientras tanto pelamos y machacamos el chuño en batán, a lo que en Aymará llamamos K’UTUÑA; lo lavamos en varias aguas, escurrimos bien con las manos y lo añadimos al caldo junto con el repollo (del cual desprendemos las hojas enteras); dejamos que cocine por cinco minutos para aumentar inmediatamente el arroz y las papas continuando la cocción por cinco minutos más.

Preparamos un ahogado con:

  • 1 cebolla grande dulce, martajada
  • 1 tomate mediano
  • 1 cucharilla perejil,
  • 2 cucharas aji amarillo, picado molido y frito
  • Sal a gusto
  • 1 cucharilla orégano
  • 2 cucharas aceite
  • 1/2 cucharilla pimienta

 Sofreímos en el aceite caliente la cebolla y tomate picados en cuadraditos; añadimos los demás ingredientes y dejamos a que se sazone por unos cinco minutos para incorporarlo al caldo antes de que termine de cocer la papa.

 Servimos en plato hondo con bastante caldo, repartiendo bien el recado y decoramos con el perejil (opcional), acompañando con la imprescindible llajwa de Wakataya llamada en los valles SUYKU.

Cocina Tradicional Boliviana

Romero de Velasco, Emilia  –  Gutentag de Muzevich, Carola

Editorial Amigos del Libro, La Paz. Bolivia. 1988


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Uchu de Fideos (AJÍ DE FIDEO)

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Era costumbre bien arraigada de los pueblos el servir este plato como muestra de gratitud a las personas de la comunidad que ayudaban en la faena del lavatorio de las pertenencias del compadre o padrino fallecido; este UCHÚ, que quiere decir ají en Qhéshwa, resulta muy agradable y actualmente se lo prepara en diversas ocasiones.


Para prepararlo necesitamos:

  • 2 litros agua
  • 1 cuchara perejil, picado
  • 5 trozos carne de res (cadera junto con los huesos cortados en martajada o cuadraditos)
  • 1 cucharilla orégano
  • 1/4 cucharilla pimienta
  • 4 cucharas ají colorado,
  • 1 cebolla grande molido y frito
  • 1 tomate grande
  • 10 papas runas, menudas
  • 1/2 locoto, sin semilla
  • 2 cucharas aceite
  • 1 zanahoria, pelada
  • 1/2 kilo de fideo del país Orégano, para añadir (tipo tallarín) al final
  • 1 taza habas verdes, tiernas
  • Perejil, para decorar

Preparacion

  1. Ponemos en una olla con el agua ligeramente tibia las carnes y antes de que dé el primer hervor, espumamos cuidando de no sacar la grada que desprende la carne; luego agregamos la cebolla, tomate, locoto y zanahoria finamente picados, hierbas, condimentos y el ají, dejando hervir por dos horas. Pelamos las papas y añadimos al caldo a que dé un hervor; luego agregamos el fideo ya retostado en el aceite (cuidando siempre que no se deshaga ni se queme) junto con las habas, para dejar que se cocinen por diez minutos más. Probamos la sal y agregamos el orégano desmenuzado para sacar la olla del fuego.
  2. Servimos en plato hondo, porque la consistencia de este ají no es ni muy espeso, ni muy líquido, junto con el trozo de carne y los huesos, los cuales son muy agradables de chupar. Acompañamos a la mesa con una buena llajwa y un pan “chamillo”  ó un pedazo de pan Toco 
  3. Para variar este ají ponemos costilla ó charque (ó chalona) en lugar de la carne de res; también podemos añadir a la cocción (junto con la papa) una taza de chuño negro remojado, lavado y estrujado; lo que hace que este ají sea delicioso.

 

 

Cocina Tradicional Boliviana

Romero de Velasco, Emilia  –  Gutentag de Muzevich, Carola

Editorial Amigos del Libro, La Paz. Bolivia. 1988


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Huarjata

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Plato típico paceño de la localidad de Yungas

 

Ingredientes:

  • 1 cabeza de cerdo mediana
  • 1 rama de perejil
  • 3 cebollas blancas
  • 6 patatas peladas
  • 2 tazas de chuño  cocido ( también puede ser tunta)
  • 1 ½ tazas de arroz
  • Sal
  • Ajo molido
  • Pimienta
  • Comino
  • Ají amarillo molido
  • 1 cuchara de oregano

Preparación

  1. Picar y freír las cebollas hasta que estén transparentes
  2. hacer hervir  la cabeza de cerdo con agua y sal
  3. añadir una cebolla frita,  y el perejil
  4. hacer cocer el arroz con agua y sal
  5. hacer cocer las patatas con agua y sal
  6. hacer cocer el chuño con agua y sal
  7. hacer una salsa con las dos cebollas fritas, el ají amarillo, el orégano, el ajo, la sal,  el comino y la pimienta
  8. servir la cabeza bañada en la salsa, acompañada por las papas, chuno o tunta y el arroz graneado.
  9. Aparte se sirve el caldo.

 

 

Cristina Olmos


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Galeria Karlovy Vary

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“Visitar esta tienda es como recorrer un museo de arte, sin la presión de un vendedor detrás de uno, ya que justamente el sistema de seguridad se ha creado para que el comprador se sienta a sus anchas y solicite ayuda solo cuando la necesita. Se puede pasar horas en esta tienda, admirando los delicados objetos, para luego degustar un delicioso café con la vista espectacular de la ciudad de La Paz. Una alternativa que sin duda, marca la diferencia.” – Periodico Los Tiempos 2009

SUCURSAL LA PAZ:
Galeria Karlovy Vary
Av. Claudio Aliaga #1182, Bloque J-47
San Miguel
La Paz, Bolivia
Telefono: +591-2-279-9838
Horarios de atención:
Lunes: 3:30 pm-8:00 pm
Martes a Viernes: 10:00 am-1:00 pm y 3:30 pm-8:00 pm.
Sabado: 10:00 am-1:00 pm y 3:30 pm-7:00 pm.

SUCURSAL COCHABAMBA:
Galeria Karlovy Vary
Av. Santa Cruz No. 1210
Edificio VIV (Zona Central)
Cochabamba, Bolivia
Telf: +591- 4-4158735
Horario de atención:
Lunes a Viernes: 10:00 am – 1:00 pm y 3:00 pm – 7:00 pm
Sábados: 10:00 am – 1:00 pm

https://www.facebook.com/galeria.karlovy.vary

En su pagina de Facebook podran encontrar bellisimos detalles para mesas, usos de vajillas, cristalería, vinos….


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Las Paceñas de la Zona Sur

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salte

 

 

 

Los invito a visitar el siguiente blog, donde encontraran las direcciones de las mejores salteñerias de Bolivia y podran ver las opiniones y consejos de un experto. Es un blog dedicado a los amantes de las  salteñas.

 

http://saltucas.blogspot.com/

 

Esta salteñeria cuenta con tres sucursales en la ciudad de La Paz, su casa matriz esta ubicada en la Avenida 20 de Octubre entre la Belisario Salinas y Rosendo Gutiérrez (Zona de Sopocachi), otra sucursal se encuentra en la Calle Loayza edificio Mariscal de Ayacucho (Zona Central) y finalmente su tercer dependencia y al que yo normalmente frecuento se localiza en la Avenida Montenegro entre calles 21 y 22 de Calacoto (Zona Sur).


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Salteñeria Los Castores

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Son salteñas originarias de Cochabamba, que en la actualidad cuentan con sucursales en Santa Cruz y La Paz. En el siguiente blog encontraran todas la direcciones y la presentación de la variedad que ofrecen y niveles de ají con que cuentan. Son muy apreciadas en las tres ciudades.

http://www.los-castores.com/

También los invito a visitar el siguiente blog, donde encontraran las direcciones de las mejores salteñerias de Bolivia y podran ver las opiniones y consejos de un experto. Es un blog dedicado a los amantes de las  salteñas.

http://saltucas.blogspot.com/


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Paceña la Salteña

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1-logo

Paceña La Salteña se fundó un 18 de febrero  de 1983 por la inquietud  y el gusto por las empanadas con jigote de su Gerente   propietario el Sr. Mario Chavarría Tórrez apoyado desde ese entonces hasta la fecha por su Sra. esposa  Miriam Alcocer Carrasco.

A un principio se contaba con un pequeño ambiente  ubicado en la calle Hugo Estrada de la ciudad de La Paz y la colaboración de dos empleados quien conjuntamente con el dueño se encargaban de preparar el jigote, la masa, el  armado de  la salteña, el horneado y posterior expendio, siendo su principal característica la calidad, e higiene por ser el dueño en persona quien supervisaba  y trabajaba  con sus empleados.

Actualmente  la empresa tiene 25 años de antigüedad  cuenta con 3 locales de expendio en diferentes lugares de la ciudad conservando desde ayer hasta hoy su receta y la calidad de su producto. A lo largo de este tiempo ha logrado prestigio a nivel nacional y distinciones en el exterior como el International Award to Tourist and Hotel Industry quedando en el currículum de la empresa el estricto cumplimiento a las normas y disposiciones de nuestro rubro gastronómico.

El escritor Antonio Paredes Candia cuenta que a principios del siglo XX doña Juana Manuela Gorriti llegó a Bolivia desde Argentina específicamente de la provincia de Salta, quién fue exiliada de su país por el entonces presidente Rosas, llegando a radicar en la ciudad de Tarija.

La familia de la señora Gorriti tuvo muchas necesidades motivada por ello se puso a elaborar empanadas caldosas, que eran muy comunes en los países europeos, la encargada de venderlas era la ya conocida doña Manuela quien por su lugar de origen la conocían como la salteña.

Poco a poco fue haciéndose popular este producto hasta convertirse hoy en día en una tradición Boliviana. Con el pasar del tiempo la gente ya no recordó a doña Manuela Gorriti sino su apodo “la salteña” y es desde entonces que el producto adopta el nombre que se mantiene hasta hoy.

 

http://www.pacenalasaltena.com/

 

El siguiente es un blog dedicado a los amantes de las  salteñas.

http://saltucas.blogspot.com/


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Plato Paceño

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  Foto:  Cristina Olmos

 

Su origen se re monta al cerco de la ciudad de La Paz liderado por el aymara Tupac Katari, en 1781. Esa rebelión indígena que se extendió a lo largo de nueve meses dejó aislada a la población de la hoyada paceña y sin la posibilidad de abastecerse de productos agrícolas que provenían de las comunidades circundantes. Desesperadas por la terrible escasez, las familias comenzaron a cultivar en los jardines interiores de las viviendas productos como habas, papa y maíz. La combinación de esos alimentos se complementaba con el sabor del queso de leche de vaca, trasladado por los indígenas desde las comunidades altiplánicas hasta el centro de la ciudad.

Alacitas y el Ekeko son  sinónimo de Plato Paceño, por eso hablaremos un poco de ello.El Ekeko era considerado  como el dios de la fortuna y la prosperidad. Según las creencias, este ídolo se encargaba de traer  fortuna y alegría al hogar y,  además, ahuyentaba las desgracias, debía ser el compañero inseparable de la familia. Pero también se cree que es vengativo, ya que, si no se le presta atención, castiga quitando todo lo que su dueño tiene o enviándole enfermedades. Una de las formas de rendirle culto y de lograr los favores solicitados, es hacer “fumar” al Ekeko en el momento en que se lo coloca en lugar donde será reverenciado. Su figura tiene un hueco en la zona donde debería estar la boca, y es allí donde debe colocarse un cigarrillo encendido. Si el pedido es aceptado, del cigarrillo saldrá humo como si realmente el Ekeko fumara. Todo lo que uno quiere poseer en el año, se compra en Alasitas, todo en miniaturas: casas, bolsas de arroz, de azúcar, fideos, pan. Se puede adquirir artesanías en mimbre, barro, madera, ropa de alpaca, vicuña, instrumentos musicales. Por el principio de la magia imaginativa, la gente del campo adquirirá con preferencia, figuras de animales, vacunos, ovinos, llamas y aves, camiones, camionetas, bicicletas, etc.,  que representaban las necesidades de su entorno. En cambio, para quienes viven  en las ciudades se ofrecen una amplia variedad de miniaturas: casas, edificios, artículos de construcción, palas, ladrillos, celulares y dinero; para ello  se imprimen bolivianos, dólares y euros.

Todo el mundo va de paseo, a curiosear, ver artesanías, miniaturas, a jugar en los lugares destinados para tal efecto y, después, a comer. Hay de todo, es tiempo de choclos y habas y lo tradicional para esta fecha del 24 de Enero es el famoso “Plato Paceño”, sencillo de preparar. Para los que añoran este plato tradicional, aquí  les envío receta:

(Para 8 personas)

Ingredientes:

  • 8 choclos tiernos, sin chala
  • 1 kilo habas verdes  sin cascara
  • 8 papas con cáscara
  • 4 quesillos frescos o queso paceño
  • 1/4 taza aceite o  para freír el quesillo
  • 1 taza llajwa

Preparación:

  1. Poner  en una olla cubriendo el fondo, bastante chala; agregar agua hirviendo hasta cubrirlas. El fuego debe ser fuerte y en cuanto el agua hierva, poner los choclos, encima unas chalas para separar y sobre éstas, las habas, dejando hervir unos veinticinco minutos.
  2. Finalmente, poner en la olla las papas con cáscara bien lavadas, cubrir nuevamente con chala y dejar hervir durante otros veinte minutos hasta que esté bien cocido. Como verán, todo se cuece al vapor.  Poner el aceite en una sartén a fuego fuerte y cuando esté caliente freír los quesillos partidos en dos redondeles o tajadas de queso paceño.
  3. Servir en cada plato un choclo, habas, papa y medio quesillo frito y acompañar con Ilajwa.

 

Cristina Olmos


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Melcochas

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Se vendían en las puertas de los colegios envueltas en papelito celofán, era tal vez el dulce más  nacional.

 

Ingredientes

  • 3 Tazas de azúcar
  • 1 1/2 Taza de agua
  • 3 Cucharillas de vinagre
  • 1 Cucharada de aceite
  • 3 Cucharadas de coco rallado
  • 3 Cucharadas de nuez molida

Preparación

  1. Poner el azúcar, el agua y el vinagre en una olla y llevarlo al fuego hasta que hierva y se hagan perlitas removiendo constantemente.
  2. Colocarlo en un molde enaceitado. Dejar que entibie. Añadirle la nuez y el coco y antes de que enfríen retorcerlos dándole la forma de aros y con esa forma dejarlos enfriar.

 

Cristina Olmos


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KIRÓN S.R.L Truchas del Lago Titicaca

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kiron

KIRÓN S.R.L.,

La experiencia que poseemos en la crianza de truchas viene ya desde algunos años, los suficientes para garantizarle las mejores truchas de la región, consolidándonos como líder en el ámbito circún-lacustre de la zona este del Departamento de La Paz. Nuestros criaderos se encuentran sobre los 3,8000 m.s.n.m en las aguas espejo del Lago más alto y navegable del mundo “El Titicaca”.


Productos Los productos que ofrecemos consisten en una variedad de truchas aptas para el consumo humano, que se distribuyen en el mercado nacional e internacional, cumpliendo con los requisitos de calidad de producción, esto gracias a los profesionales altamente capacitados en acuicultura y una infraestructura adecuada para el proceso de la producción.La variedad de trucha que ofrecemos, es un producto tradicional preparado a partir de la especie de trucha arcoíris, oncorhynchus mykiss, también conocida como trucha pink o salmonada.TRUCHA ARCOÍRIS – TRUCHA PINK o SALMONADA (ONCORHYNCHUS MYKISS)Sabor: Bueno y suave
Textura: Firme
Color: Pigmentado (grado de pigmentación de 24 a 30, a pedido)
Olor: Característico a frescoPresentación:

Trucha Fresca Entera
De 350 gr. a 450 gr.
De 550 gr. a 750 gr.
De 1.200 gr. (1 kgr.) a 2.700 gr. (2 ½ kgr.)

Volumen de Producción:

7 TN/mes, Fresca Entera
Pigmentado (grado de pigmentación de 24 a 30, a pedido)
Olor: Característico a fresco

Otros productos a pedido:

• Trucha Eviscerada
• Filete Doble
• Filete
• Filete sin piel y sin espinas congeladas en bolsas al vació
• Porciones / Lomos Congelados
• Filete/ Medallones en conservas
• Entero- Eviscerado /Deshuesado / Medallones fresco refrigerado
• Slices/lonjas/ Filetes/ Ahumados en frió
• Filetes / Medallones Ahumados en Caliente.
• Trucha enlatada/ Filete/ Medallones/ Grated.


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LLaucha

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En La Paz, la llaucha es una empanada irreemplazable,  es tradición comerlas a media  mañana. Son empanadas gigantes, jugosas, rellenas de queso,  con ulupica o con ají colorado. Hace que el cuerpo entre en calor en las frías mañanas de La Paz,  junto al api, forman una pareja que sabe a tradición.

 

La costumbrista Elizabeth de Col explica que el nombre de la que hoy se conoce como llaucha proviene de “queso llauch’ita”, que en aymara es la acción de agarrar el queso y untarlo en la masa.

Posteriormente su nombre fue simplificado a llauch’ita y luego sólo a llaucha. “La llauch’ita, aunque sea pequeña o de gran tamaño, sigue siendo llauch’ita”, dice.

Las mujeres la vendían siempre muy temprano y no eran conocidas como “llaucheras” sino como “llauch’iteras”.

El queso llauch’ita era acompañado con phosko allpi -que quiere decir mazamorra fermentada en aymara- que luego pasaría a ser llamado phosko api y en la actualidad se conoce como api.

“La llauch’ita salía a la venta a mediados del siglo XX a las 5:00 y a las 10:00 ya no encontrabas ninguna. Ahora tomamos té con llauchas”, dice De Col, quien explica que el origen de esta empanada paceña puede ser una simbiosis de alguna receta traída por los españoles, ya que el queso proviene de ese país.

La llaucha también tiene un lugar en sucesos que marcaron la historia en el siglo XX.

Según cuenta la costumbrista, el consumo de la llaucha figura en una crónica de la Revolución del 21 de julio de 1946, en la que murió el presidente Gualberto Villarroel, quien habría mencionado que “la chola paceña es muy noble, igual les dio phosko api con llauch’itas a los revolucionarios, como a los soldados que defendían al Gobierno”.

 

Ingredientes:

  • 1  y    ½  kilo de harina
  • ½ kilo de manteca
  • 1  Cucharilla de sal
  • 2  Cucharillas de azúcar
  •  30 gramos de levadura seca o 50 de fresca
  • 1 litro de agua mas o menos

Preparacion

  1. Formar una corona con la harina, añadir en su centro la azúcar, la sal los huevos y un poco de agua; disolver bien y agregar la levadura disuelta en un poco de agua tibia.
  2. Empezar a mezclar hasta obtener una masa muy suave y elástica que no se pegue en las manos.
  3. Dejar reposar durante 10 minutos tapando la masa con un un nylon o servilleta de mesa, luego amasar y dejar leudar. Hacer bolitas del tamaño de un huevo mas o menos.
  4. Cuando haya doblado su volumen extender la masa en forma de empanadas grandes, agregar el relleno y repulgar.

Relleno:

  • 1   litro de leche
  • 1   kilo de queso blanco
  • ½     taza de Maizena
  • ½     taza de harina
  • 1 cucharada de gelatina sin sabor
  •   Ulupica o aji colorado a gusto
  •   1 clara
  •   1 cuchara de manteca
  • 2 cucharadas de aceite

Prepare el relleno:

  1. Se hace cocer el ají colorado en aceite caliente. Una vez cocido, dividir en dos porciones. Se diluye la harina y la maicena en la  leche fría, se la pone al fuego y se la cocina hasta que espese como una laguita, se añade  una porcion del  ají y se deja enfriar. Solo se añade la gelatina diluida en agua tibia y el queso antes de empezar a rellenar’
  2.   Una vez que las bolitas aumentaron de volumen, estire la mesa con el uslero en forma ovalada de aproximadamente medio centímetro de alto y rellene con la crema que preparo, pase el borde con la clara antes separada, cierre la masa apretando bien y repulgue las llauchas mojando los dedos  con el resto de ají colorado.  Pintar por encima de la llaucha con un poco de manteca diluida mezclada con ají colorado en polvo.
  3.  Llevar a horno precalentado a temperatura moderada, por espacio de  mas o menos 20 minutos.
  4.  Son exquisitas con api o tojo

http://tradicionesdebolivia.blogspot.com/

 

 


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Anata Papa Nueva

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Fiesta Tradicional de La Paz que celebra las primeras cosechas de la papa nueva

Anata Aymara “La ch’alla de la Pachamama” (fecha movible en febrero)

El mundo andino está organizado principalmente por el tiempo de producción agrícola de la papa. Dicho tubérculo andino significa la misma vida para los aymaras y es uno de los pilares que sustenta su sistema social, muy relacionado con el respeto a la naturaleza. Toda esta cosmovisión se traduce en la celebración de la fiesta aymara del Anata o juego en la traducción aymara.

El Anata o “juego” ritual agrícola se realiza en época de Jullapacha o lluvias. Para los aymaras es el tiempo femenino, tiempo de la Paxsi Mama (Luna) y de la Pachamama. Todos los ritos están dirigidos a las sayañas y aynoqas de la papa, la quinua, la arveja y todo lo que en este tiempo esté floreciendo.

El Anata comienza el 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria, con la bendición de los productos agrícolas y fundamentalmente de la papa. Todas las comunidades andinas se reúnen este día para agradecer simbólicamente a la Pachamama por la primera cosecha que se realizará después del Anata.

Las familias deben llevar de sus parcelas o sayañas de producción una muestra de los tubérculos extraídos de la chacra. Así, en el lugar más alto del pueblo se reúnen todas las comunidades y comienzan a comer las primeras papas con aji y membrillo.

Tambien se cumple con el floreo o wayñu que es la ceremonia conocida como el matrimonio de los animales.  A los camelidos y ganado vacuno se les colocan aretes o t’ikachas de colores además de serpentinas para simbolizar su unión.

 

http://www.redescuela.org/WikiEscuela/FiestasTradicionalesLaPaz


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Chanqa de cuy (qowi)

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INGREDIENTES
4 conejos cuy
12 papas imillas peladas
2 ramitas de hierbabuena
1 taza de habas sin cáscaras
½ taza de arvejas sin cáscaras
1 taza de cebolla verde picada en tiras
Sal a gusto
Acompañar con una porción de chuño

 

PREPARACIÓN

Dividir en cuatro cada uno de los conejos recién desollados y limpios, dejarlos en agua con sal por tres horas, luego hacer cocer en una olla con agua, sal y hierbabuena.

Hasta que estén tiernos y reservar.

Poner al fuego dos ollas con agua y sal, colocar en una las papas y dejar cocer hasta que estén suaves.

En la otra olla una vez que empiece a hervir añadir las habas, las arvejas, cuando estén ya casi cocidas incorporar la cebolla verde, dejar cocer unos minutos y retirar del fuego.

Servir en plato hondo 1 conejo por plato con papas, decorado con arvejas, habas, cebolla verde. Acompañado de la tradicional llajwa y una porción de chuño.

Un secreto

• Un truco para elegir bien el conejo es prestar atención a cómo luce la carne. La carne debe ser rosada, el hígado bien rojo y los riñones deben estar cubiertos de grasa. Lo más importante, los muslos deben estar rollizos.

 http://boliviachef.blogspot.com/search/label/Comida%20Boliviana

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Un restaurante ofrece fricasé, tallarín y pizza a base de coca en La Paz

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¿Se imagina un plato de fricasé preparado con coca? ¿Un tallarín o una pizza con el mismo ingrediente? Un restaurante paceño los cocina.

El 26 de abril, el restaurante gourmet La Coca incluirá oficialmente en su menú el fricasé preparado con la hoja sagrada como ingrediente principal.

Comida en Bolivia

El dueño del establecimiento, ubicado en la calle Rosendo Gutiérrez esquina Sánchez Lima, es el chef Mirko Vargas, quien alista éste y otros planes en su cocina.

Lo que comenzó como un experimento para una recepción social, estará a disposición de los comensales en el primer aniversario del local. “Estamos ansiosos de comenzar. Además, no estamos nerviosos porque sabemos que será del agrado de todos”, comentó el chef.

En un acontecimiento pasado, Vargas sorprendió a más de 25 personas con su innovación. “Claro que tiene un sabor poco distinto del común, pero la gran diferencia es que este fricasé (de coca) es de color verde”, afirmó el chef de 35 años, que estudió en la Escuela Hotelera de La Paz.

El cochabambino advirtió que su platillo no lleva hojas enteras “como tal vez se imaginen, sino que los ingredientes con los que se prepara son a base de coca”.

“Este fricasé está hecho de hoja de coca molida y un poco de harina de la misma. Si un plato lleva la hoja (entera) es por fines decorativos”, apuntó.

El gastrónomo sostuvo que el sabor de la coca no es muy notorio en sus recetas, tal como creen algunas personas. En sus platillos él trata de que el sabor de la hoja sea “suave y sutil”.

“En todos mis platos preparados, la coca no está en más que un diez a 15% como ingrediente”, aseveró.

Aseguró que su objetivo principal no es darle el sabor de este vegetal a su comida, sino aprovechar de él su cualidad nutritiva.

“La coca aporta más nutrientes y minerales que cualquier otro condimento o ingrediente”, remarcó el cocinero.

En su criterio, muchos bolivianos no conocen el valor nutritivo y las posibilidades de la coca en el ámbito de la culinaria.

“No muchos compatriotas vienen a comer aquí. El 85% de mis clientes son extranjeros”, contó el experimentado chef.

Otros platos

Pero la especialidad de la casa es el tallarín al pesto de coca, que es degustado por extranjeros y nacionales. El plato tiene un costo de 25 bolivianos en el restaurante de Sopocachi.

“Nuestra especialidad como comida preparada con coca es la pasta. Preparamos desde pizza hasta tiramisú (postre) y milanesa de pollo”, explicó mientras cocinaba un tallarín al pesto.

Desde su experiencia, hay platos típicos bolivianos que sí se pueden preparar con coca y otros que no. Entre los que sí podría cocinar está el sillpancho cochabambino y el chairo paceño. “Tendría que experimentar y probarlo para lanzarlo al mercado paceño”.// Página Siete

El restaurant Gourmet “La Coca”, que está ubicado en la zona de Sopocachi  en la calle Rosendo Gutiérrez esquina Sánchez Lima, es el chef Mirko Vargas.

Publicado por VozBol


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Historia del Pepino en Carnavales de Bolivia

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Pepinos, entre máscaras, chorizos y chauchitas (La Razón)
Muchos rostros tiene el personaje más importante del carnaval paceño. Se barajan muchas teorías sobre su origen, pero su historia se continúa tejiendo en los talleres de artesanos.Miguel Vargas S.
Fotos: Tony Suárez, Archivo Foto Cordero / Nicolás Quinteros
Agudísima pone la voz; de tiple, de pipiripi. Aunque el paso de los años le heredó un profundo dolor de espaldas, no puede dejarlo; es un vicio. Cada domingo de carnaval porta un ´chorizo´ —arma contundente ensamblada con medias nylon y rellena de arena— para enfrentarse a la entrada. Detrás de la careta se siente otro. Reparte golpes, lo mojan y se venga con harina y mixtura. ¿Cuánto cuesta ser un joven de 54 años? para el profesor Andrés Aramayo Cayo sólo se necesita vestir un traje y una máscara de pepino.Misterioso origen el de este personaje. Hijo mestizo del pierrot francés, el arlequín y el kusillo —un espíritu juguetón andino que se lleva las semillas durante la siembra—, el fiestero del carnaval paceño remonta su origen al siglo XIX.El historiador Ismael Sotomayor relata en sus Añejerías paceñas las carnestolendas de la época republicana, con la organización de las primeras mascaradas de las élites paceñas y las coplas populares en que la gente se burlaba de las autoridades. Hay rastros de arlequines y bufones, pero del pepino, ni un comentario.El investigador Gonzalo Íñiguez dice que el pepino es un personaje propio de la comedia del arte español que llegó de la mano del teatro del siglo XVIII a Bolivia. Tenía un bonete con tres cuernos, cabellera de cuero de oveja y dientes de vidrio. José De Mesa habla de un personaje surgido a principios del siglo XIX como el arlequín de circos europeos. Otros historiadores recuerdan como su más remoto antecesor al Pierrot de Croce. También está la figura de un clown uruguayo, el Pepino 88, quien en las dos últimas décadas del siglo XIX animó a la Argentina.

Es posible que el nombre genérico del personaje paceño provenga precisamente de este artista, Pepino Podestá, un trapecista que devino en payaso y conformó un repertorio de canciones, letras y chistes vinculados a la actualidad de esa época. Además de sus habilidades de músico, Pepino 88 tenía un espectáculo interactivo en el que dialogaba con su público.

La hipótesis es que con la llegada de un circo argentino o uruguayo, la figura de uno de los clowns —si es que no era el mismísimo Pepino Podestá— quedó fijada en la memoria de los paceños, que lo replicaron a partir de esa fecha. No por nada, el traje de Podestá tiene similitudes con el que aparece en las fotos del archivo Cordero.

Para el antropólogo David Mendoza, el pepino surge como una copia del bufón o el pierrot que se lucía en las fiestas de la clase alta. Pero con el tiempo, la figura fue apropiada por los paceños, adoptando características peculiares.

Alegrías del siglo **
Las memorias de Julio Cordero Benavides no se confunden con un apoyo tan contundente como el del archivo fotográfico iniciado por su abuelo, Julio Cordero. A sus 68 años, recuerda perfectamente sus aventuras como pepino.

La fotografía más antigua que tiene data de 1909 y muestra a este personaje con un traje ancho y careta. El sombrero era en forma de cono y los fiesteros acompañaban sus pasos con las mandolinas.

´El domingo era la entrada para todo el pueblo. El personaje principal era el pepino. En esa época no se mojaba. El pepino tenía una careta feliz o triste y una bolsa llena de mixtura, serpentina y monedas. Los niños les gritábamos \’¡Pepino, chorizo, sin calzón!\’ y él nos sonaba con el chorizo. Luego decíamos, \’¡chauchita, chauchita!\’ y entonces nos lanzaba monedas´.

Así se celebraba en las décadas de los años 40 y 50. La gente jugaba con agua de colonia en botellas de vidrio que llegaban de España y Francia. Después apareció un rociador en envase de goma, pues aún no existía el plástico. La serpentina y la mixtura cubrían todo. No habían globos ni chisguetes.

El lunes, las comparsas visitaban las casas de sus madrinas. En la clase alta se elegía una reina y su mandato se celebraba en grandes bailes en el Teatro Municipal, el Hotel Torino, el Club de La Paz, el Bancario o el Ferroviario. La Alcaldía organizaba las mascaradas.

El martes era la ch\’alla y el miércoles de Ceniza se dedicaba al día de campo. Allí, los comparseros bailaban con las estudiantinas. El viernes de Tentación empezaba la despedida del Carnaval, pues el sábado se realizaba el Entierro del Pepino en la plaza Garita de Lima. ´Se hacía un ataúd de cartón viejo y ahí se ponía al muñeco… en realidad no se lo enterraba, se lo deshacía… las viudas aparecieron años después´, recuerda Cordero.

Julio también fue un alegre pepino. Su tía Luisa le cosía el traje, usaba zapatos viejos y peluca de lana. El traje del pepino tenía sólo un color y la careta era de cartón con engrudo. Luego apareció la máscara de tres cuernos y de yeso.

Los trajes se compraban en la esquina Sagárnaga e Illampu por 10 ó 15 pesos de la época. ´Como no te pueden reconocer, te acercas a las personas conocidas y a alguna chica bonita para halagarla, mojarla con agua de colonia, hacerle tragar un poco de mixtura y adornarla con serpentina. Bailar se siente bonito; hay que chillar, cantar, es pura alegría. Es lindo bailar en ronda sin saber con quiénes´.

En la década de los 60 apareció el juego con agua y la “matasuegra”, arma golpeadora fabricada de cartón prensado. ´Cuánto ha cambiado el rostro del pepino paceño´, se lamenta Julio. Pero existe un artesano que busca recuperarlos.

El hacedor de rostros
Desde que recuerda, sus abuelos trabajaban con yeso. Alejandro Paz Castillo tiene 48 años y un taller en que fabrica caretas de tela para pepinos. También tiene otras de yeso, como las que se usaron a mediados del siglo ** para evitar el daño del juego con agua.

Desde los 10 años, Paz trabaja en ese taller. Allí vio cómo se perdía en el tiempo la máscara de tres cuernos. ´Estos pepinos los ´romperajas´ han vuelto después de mucho tiempo, el modelo es el tradicional. Estaba a punto de desaparecer hasta que los matarifes regresaron con estas máscaras que han empezado a gustar a la gente´, explica Alejandro.

El proceso es en base al fuste de fieltro, que se moldea a mano cuando está húmedo. Al fuste seco se le pasa una capa de yeso (sisado) y se hace el acople entre cara y cabeza. Este yeso se prepara como si fuese una especie de arcilla que incluye yeso, harina blanca, cola, tiza molida y azúcar. Las proporciones son su secreto. Una vez terminado, prepara una masa que sirve para dar relieve y aumentar detalles según la creatividad del artesano. Cada modelo es único.

La máscara de tres cuernos se vende a 100 bolivianos y la de tela —fabricada con tocuyo y engrudo que se adhiere a una tela que luego es pintada— cuesta a 10.

Para esta fiesta, el tiempo le alcanza para hacer unas 50 máscaras de yeso y 500 de tela. Empezó el trabajo en noviembre y acabará a tiempo para la entrada.

Son cuatro hermanos los que trabajan en el taller. Paz no tiene hijos. ´Hay gente que viene a aprender, pero se escapa, porque es mucho trabajo. Estamos de 8.30 a 23.00´, explica Alejandro, a quien no le preocupa mucho el no tener descendencia, pues su hermano menor está llevando sus conocimientos al plano formal estudiando en la Carrera de Artes.

Eso sí, trabajo no faltará en el taller de la calle Reyes Cardona. Al menos eso cree Javier Escalier —presidente de la Asociación de Comparsas, Ch\’utas y Pepinos del Carnaval Paceño— pues la planificación para estos carnavales no sólo incluyen la elección del Pepino 2006, sino el desentierro, festejo y posterior sepultura del personaje paceño, que cada año que pasa, recupera la sonrisa de esos rostros de antaño.

 


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Marraqueta Paceña

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El departamento de La Paz, es único por sus alimentos característicos, como la marraqueta, que enriquece la gastronomía boliviana, logrando que el aroma y el sabor se conjuguen provocando gratos e inolvidables sabores para el gusto de la ciudadanía.

Un trozo de carne asada en medio de una marraqueta, acompañado de una taza de café caliente para muchos es una delicia para empezar la mañana; o los fines de semana, un fricasé o el chairo paceño acompañados de una marraqueta ¡delicioso!

Este es un pan económico y accesible para el bolsillo de todos.  Es un pan hecho a base de harina de trigo, agua, sal, levadura, azúcar. Tiene una forma alargada y ovalada y es muy agradable sobre todo cuando ha salido del horno y acompañando a una taza de cafe y un pedazo de queso fresco muchísimo mejor.

El pan de batalla o marraqueta tiene su pareja, se trata del pan allulla o pan sarnita, la que tiene forma redonda y una consistencia más suave con quesito encima… Antes solía comprase casado, mitad marraqueta y mitad allulla o sarnita.

El pan de batalla, se consume en hogares pobres y en hogares privilegiados y su fama ha llegado tan lejos que le ha valido el ser declarado “Patrimonio cultural e histórico de La Paz”, mediante Resolución emitida por la Prefectura del Departamento de La Paz, el año 2006. Siendo el pan de cada día en los hogares paceños, acompaña sus vidas desde el desayuno hasta la rica variedad de platos de lunes a domingo.

Normalmente, a la medianoche se inicia el preparado y a las 06:00 el sabroso “pan de batalla” sale crujiente y caliente para ser degustado.

La naturaleza de su nombre ya casi se borró de la memoria colectiva, con el transcurrir del tiempo, aunque la tradición atribuye su origen a panaderos franceses de apellido Marraquette, a la expresión marroco (Marruecos) o al baguette, según la historiadora Florencia Durán.

El patrimonio culinario de los paceños, según otra teoría, no fue creado por panaderos locales sino por uno que emigró desde la isla de Chíos, ubicada en el mar Egeo, donde nacieron Homero e Hipócrates y donde habría habitado hace más de un siglo Michel Jorge Callisperis de oficio panadero.

El joven panadero llegó a Chulumani (Bolivia) en 1908 para elaborar pan como su principal sustento y, como la región le resultó pequeña para agrandar su negocio, se trasladó a la ciudad de La Paz, donde trabajó en la empresa de fideos Figgliozzi que, con los años, llegaría a pertenecer a la familia Sáenz.

La fórmula de este pan pronto le daría motivos para instalar su propio negocio: primero en la calle Bueno y finalmente en Miraflores, donde finalmente se quedó.

Hoy, la marraqueta, es infaltable a la hora del desayuno y el almuerzo, registrándose su mayor consumo en La Paz.

Ramón Rocha Monroy la describe mejor que nadie:

…”Si fuera pintor, pintaría un paisaje de La Paz con una marraqueta humeante en lugar del Illimani. Quizá ambas criaturas tienen el mismo espíritu, la más pequeña de mineral en bruto y la enormísima de cristal. Es maravilloso disfrutar del desayuno paceño echando vapor por la boca y contemplando el Illimani al amanecer. Es una reconciliación con el alma y el cuerpo, body and soul –la conjunción del viejo blues”.

Ingredientes:

● 2 kilos de harina

● 100 gramos  de levadura fresca o 35 de levadura seca activada en 80ml de agua tibia

● 5 cucharas de azucar

● 3 cucharas de sal

● agua tibia lo necesario

Preparacion:

1.         Se forma una corona con la harina. En el medio de dicha corona se echan los restantes ingredientes.

2.         Se mezcla todo hasta conseguir una masa muy suave, que se desprenda de la lugar donde esta siendo amasada, luego debemos dejar reposar una hora.

3.         A continuación bollar y dejar reposar otra hora.

4.         El siguiente paso es formar la marraqueta de mas o menos 90 gramos,cada una, como el pan francés, dejar nuevamente fermentar hasta que triplique de su volumen.

5.         Hacer cortes en la parte superior con un cuchillo fino y hornear por espacio de 20 minutos a unos 220º C. con un recipiente de agua hirviendo dentro del horno para que eleve como es necesario. Pincelar con agua al sacar del horno para darle un color tostado bonito.

Dicen que un requisito para  que sea exquisita y de una contextura crocante, sabrosa y deliciosa, es la Altura ….


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Singani de Luribay

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En la carretera de La Paz a Oruro, nada más pasar Patacamaya, a la izquierda se abre un camino de tierra. A ambos lados lucen cultivos de papa, cebada y trigo. La apacheta, a 4.500 msnm, inaugura la bajada al valle por una carretera serpenteante decorada por cactus y tuna. Tras cuatro horas y media de trayecto desde la sede de gobierno, se alcanza el cartel de meta: Luribay “Capital del durazno y de la uva”.

Es en este lugar, capital de la provincia paceña Loayza, donde se encuentra la Cabaña Unión, cuyo dueño, Samuel Apaza, es el rescatador de la producción de vinos y singanis en el pueblo. Y es aquí también donde acaba de abrirse un albergue para alojar a visitantes dispuestos a conocer los miles de viñedos y distintos frutales de un lugar cien por cien agricultor. Turistas que observarán el ritual del vino y del singani de altura. No: de mucha altura. Y por qué no, catarán más de uno.

Apaza trabajó desde niño en una hacienda en Poroma (Chuquisaca). Fue allí donde aprendió a tratar la uva para fermentarla y destilar el líquido. Sucedió que tanto el hacendado como otros patronos terminaron abandonando y la mayoría de la descendencia de estos productores emigró a La Paz, y se perdió así la costumbre del vino.

En 1983, Apaza compró dos hectáreas de la hacienda La Unión, donde décadas más tarde, marzo de 2007, se formó la asociación La Cabaña Unión-Turismo Rural, encargada de la fabricación de vinos, singani, mermeladas de fruta, lágrimas de uva y jugos. Se rescató así la elaboración de productos de la tierra; “el singani estaba desapareciendo, si no llega a ser por esta asociación yo creo que se hubiera perdido”.

Para llevar a cabo este cometido tuvieron que convencer a otros cultivadores y amigos del pueblo. No fue tarea fácil. “En un principio no nos comprendían y no veían claro el emprendimiento. Lo hicimos con quien nos entendió”. Finalmente consiguió juntar a 22 socios activos y diez pasivos (proveedores). Los primeros ponen capital a partes iguales, pero aun así es necesaria la ayuda de otros organismos. Según Hugo Choquecallata, guía y coordinador de actividades de la asociación, la Cabaña Unión tiene varias contrapartes que les han ayudado a sacar su proyecto adelante. Entre ellas, el Fondo de las Organizaciones Económicas Campesinas (Oecas), la Red Tusoco y la Cooperación Técnica Belga (CTB).

Al llegar a la Cabaña Unión se degusta un almuerzo originario que incluye cui y vino casero. Vino blanco elaborado con uva moscatel de Alejandría. Vanni de Michele, natural de Verona (Italia) —famosa por sus vinos— y voluntario de la ONG Progetto Mondo, lo define como “un vino hecho de manera artesanal sin aditivos químicos. Natural, turbio y no filtrado; de color amarillo paja”. Dice que en la nariz se siente el aroma de durazno y nuez fresca. “Seco y fresco en el paladar —continúa— tiene un sabor persistente que recuerda el sabor de frutas frescas como la manzana y la pera. Es un vino joven, suave con baja graduación alcohólica (9,5°)”. La moscatel de Alejandría es la que usan también para la producción del singani. El uso específico de esta uva es lo que diferencia al singani boliviano del pisco peruano, elaborado éste con uva torontel, albilla, quebranta o uvina, entre otras.

La grandeza de la naturaleza te abraza instalado en el albergue. Mires donde mires está la serranía; a cada lado se alzan recias montañas marrones y verdes. Pero destaca una entre todas ellas, el cerro Laurany, la más imponente y peculiar. A simple vista se diría que se trata de un macizo rojo. Hugo Choquecallata se me acerca y cuenta conmigo los colores. No es sólo rojiza. Hugo recuerda una montaña argentina conocida por su diversidad de tonalidades; entiendo que debe referirse al macizo de Purmamarca, conocido por sus siete colores.

No es temporada de uva, y parece que los viñedos más cercanos a la finca ya se quedaron sin frutos; así que hay que ir una hora y media en vehículo hasta llegar a Porvenir —parte del municipio de Luribay— para ver otros viñedos que aún están cargados. Según una publicación de Redalyc, de diciembre de 2008 —número dedicado a los vinos de altura en Bolivia—, “la introducción de las primeras plantaciones de vid se remonta al siglo XVI en la población de Luribay (La Paz) y Mizque (Cochabamba); posteriormente se introdujo a otros valles, como el de Cinti en 1584 y más tarde Tarija”. Luribay posee pues de los más antiguos viñedos que se pueden encontrar en el país. Justiniano Díaz, guía también del emprendimiento La Cabaña Unión, cuenta que fueron los jesuitas los que trajeron las plantas. “Se cuenta que reprodujeron por pepas, porque no dejaban traer las cepas. También se puede reproducir así, pero es más lento”.

Al éxodo de los patronos hay que añadir la plaga de filosera —insectos que atacan la raíz y merman la cosecha— que abatió la mayor parte de los cultivos de vid criolla en Luribay. Estos dos motivos hicieron que la producción de vino y singani se viera menoscabada de 1975 a 1995. La implantación de nuevos cultivos con pie de injerto americano —más resistente a la filosera— solucionó el problema.

Víctor Touchard (socio proveedor) calcula que tiene unos 5.000 viñedos distribuidos en 7.500 metros cuadrados: el 30% es injerto. Son las viñas más altas de Luribay, y posiblemente de Bolivia. Están a 2.825 msnm. Pareciera que el injerto se tuviera que hacer directamente con las nubes.

Es inevitable no sacar a colación los famosos vinos de altura tarijeños, que si bien proceden de viñedos muy altos, se cultivan un kilómetro más abajo que los paceños de Luribay.

“En Tarija se atribuyen el vino de altura —comenta Touchard— pero el nuestro es más alto”. Reconoce que va a ser un poco difícil que puedan superar a Tarija. “Su calidad es muy buena y tienen mucha experiencia. Tienen cantidades extensas de producción de uva. En cambio a nosotros, en Luribay, nos desfavorece esa parte porque no tenemos grandes terrenos”.

Durante la estancia en Luribay, todos los socios hablan de Luis Vicente Elías. Oriundo de La Rioja —la denominación de origen más famosa de España— acabó visitando los viñedos de Luribay de la mano de Apaza y su hijo, Omar, presidente de la asociación. Elías estaba recorriendo los viñedos de América cuando aterrizó en Bolivia con la intención de visitar Tarija y Chuquisaca. En la Cabaña Unión se enteraron de su llegada y le buscaron para enseñarle sus viñedos y la hacienda. Luis Vicente se alegra de este encuentro y rememora su estadía, que califica como una “experiencia única”. “En Luribay —comenta el español— hay cultivos de la época de la conquista; formas de plantación únicas; altitudes extraordinarias; y una gente como Apaza y toda su familia que son un encanto”. Sobre el vino piensa que “necesitan algo de tecnología y mejores tratamientos en la viña, aunque los singanis son excelentes”. Si Omar y Hugo se pusieran a trabajar en serio en vinos —reconoce— podrían entrar dentro de ese marco de vinos de altura tan alabados y buscados.

Luis Vicente Elías colaboró con Fautapo, la fundación que más está trabajando por el viñedo en Bolivia, en la elaboración de un libro que contará las experiencias de su viaje. Durante su paseo por Bolivia se realizaron cursos a los que acudieron los principales productores de vino del país, entre ellos representantes de Luribay. Apaza recuerda que el español se refirió varias veces a los viñedos de Luribay, y entre risas espeta: “Medio celosos se han puesto de La Paz”. Es que Elías reconoce que “los viñedos de Luribay, junto a los de Camargo y Cotagaita, son los más antiguos y originales”.

Aguas glaciales

La altura y el agua para el cultivo parecen ser los principales motivos del dulzor de la uva, que según cuentan supera a la de otras regiones. “Regamos con aguas glaciales—asegura Touchard— con aguas de la cordillera que son cristalinas. La calidad del agua es lo más importante para que el producto esté sano y limpio”. Además, no usan insecticidas. “Nosotros cultivamos la uva de forma natural y orgánica. No utilizamos químicos para la producción; simplemente usamos abono orgánico de vaca u oveja”. Para curar las plantas, y alejar a los hambrientos insectos, no usan insecticidas sino que bañan los frutales en azufre que, según cuenta este patrón de Porvenir, no es tan dañino como el químico, y no es tóxico.

Entre sus plantaciones de uva también encontramos duraznos, el otro símbolo de Luribay. Podemos rescatar algunas de estas frutas, pero no hay buenos ejemplares porque tampoco es la temporada. Su cosecha suele ser en febrero. Las viñas hacen sitio a los manzanos y de éstos sí que podemos saborear su fruto pues su temporada es prácticamente todo el año.

Touchard tiene una pequeña destiladora en la que hace singani para consumo propio, básicamente. Explica que “la tradición viene desde mis abuelos. Hacer vino no es algo difícil. Acá todos saben hacer vino, es una costumbre entre la gente del lugar, no es algo extraño”.

La visita a Porvenir incluye otros viñedos. Los cultivos de Hugo Zapata y su hijo Wilfredo son colindantes. De los del vástago agarramos una gran cantidad de frutos que vamos saboreando mientras cruzamos a pie el camino que separa ambas plantaciones. Durante este tramo, Hugo Choquenallata relata, como antes Apaza, la dificultad inicial de encontrar proveedores. Recuerda que cuando el emprendimiento arrancaba fueron a pedir a los cultivadores que les vendieran las uvas. Les decían que les pagarían lo mismo que recibían en La Paz; se evitarían el camino de viaje y cobrarían la misma plata. “Aun así no querían —recuerda Choquenallata—, así que tuvimos que tomar una medida drástica: nos fuimos a La Paz y les compramos las uvas al mismo precio que les habíamos ofrecido en Luribay”. A partir de ahí todo cambió y una gran cantidad de proveedores se sumaron al proyecto. Ganarían lo mismo y se ahorrarían el viaje.

En la vivienda de Hugo Zapata probamos por primera vez el singani. La botella reza: Elaborado y etiquetado en origen por “Bodegas y viñedos Luribay”. Es un producto elaborado íntegramente con uva 0moscatel de Alejandría, cosechada en nuestros viñedos y seleccionada cuidadosamente por viticultores de la Región del Valle de Luribay. La asociación no está muy contenta con el etiquetado que temporalmente están llevando sus envases. “Necesitamos un plan de marketing” dice Hugo Choquenallata. Calculan que el singani se comercialice en La Paz a final de año y para ello tienen que lanzar el producto con fuerza; una buena imagen es esencial para introducirlo en el mercado. El vino, sin embargo, tardará más en comercializarse, y no por problema de etiquetado, sino porque tienen que seguir mejorando el género. “A mí me gusta el slogan vino de altura para gente de altura”, reconoce Samuel Apaza.

El sabor del singani es fuerte e intenso. Unos cuantos tragos nos servirán para afrontar mejor el traqueteo de la carretera de vuelta al albergue. La zozobra y una luna redonda, lechosa, brillante y titánica nos acompañarán en el retorno.

El zarandeo de la carretera de bajada al valle es uno de los mayores inconvenientes para los cultivadores de frutas, verduras y hortalizas del pueblo. La mayor parte de su producción se vende en La Paz y muchas veces llega maltrecha por los vaivenes de la carretera, que no está asfaltada. Sabino Gerónimo y Néstor Chávez, mientras desayunan junto a otros dos compañeros una botella de singani a las 08.00, comentan que la fruta está lista para venderse en época de lluvia. La dificultad del terreno hace que la carga llegue maltrecha a la capital. “La arroba de la uva (12 libras) cuesta 60 bolivianos, pero como llega rematada la tenemos que vender a 40”. Esto sucede en el mejor de los casos, pues si la carretera se ha inundado, la fruta se desperdicia por completo.

Eddy Aguilar Canaza —del MAS— es director de Desarrollo Humano del Gobierno Autonómico Municipal de Luribay, y asegura que el problema de la vía se va a solucionar. “El proyecto de asfalto se ha dado inicio, ahorita ya están removiendo tierra”. Según Aguilar, en dos años más la carretera estará totalmente asfaltada.

Omar Apaza y Hugo Choquenallata se encargan de enseñar el proceso de producción de vino y singani a los visitantes. En grandes bidones almacenan las uvas con agua, en la sala de fermentación. De ahí pasa a la destiladora, que Samuel compró de la vieja hacienda del expresidente José Manuel Pando, nacido en Luribay.

Luribay, además de tierra de durazno y uva, es patria de expresidentes. Son tres los nacidos en este territorio. A Pando se suman José María Pérez de Urdininea y Felipe Segundo Guzmán. El visitante podrá conocer sus fincas como una curiosidad más de las muchas de Luribay. A ellas se suman las leyendas de los tapados, según dice Justiano Díaz. A lo largo y ancho de Luribay —que comprende tres climas: altiplano, cabecera de valle y valle— están escondidos remotos tesoros de la época incaica, o incluso anteriores. “En realidad no están catalogados — dice Hugo Choquenallata— se cree que pueden ser tiwanakotas, pero no se sabe”. Don Samuel afirma que no son leyendas. En su propia finca han descubierto dos tapados: “Hemos detectado tres cajitas en un lugar y, en otro, un hornito. Intentamos sacarlos, pero no hay dinero para contratar maquinaria”.

El sabor de la uva destilada nos acompaña de vuelta a La Paz. Parece que la canción que Justiniano Díaz entonaba a ratos durante la visita tiene razón. La cantata aymara Luribay Durazno anuncia que en esta tierra “turista que pescan lo ahogan en vino”.

Contacto y Pedido

ASOCIACIÓN LA CABAÑA UNIÓN

Representante legal:Omar Samuel Apaza,

Calle Edgar Condori Condor

DirecciónLuribay Teléfono – Celular: 77291872 – 70683246

La Razón / María L. Vivas

 


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Bizcochos yungueños

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biscochuelo

 

En ocho vasos de chicha cochabambina de 4 as de arropada, se le pone la harina como para \a lagua espesa; en este término se bate bien ira que salga buena la levadura. Esta se pone las 4 de la tarde para las 7 de la mañana guíense, hora en que se baten 60 huevos con 1/2 libras de azúcar, 1 libra de manteca y la levadura, todo reunido. Luego se le pone harina hasta que la masa quede en buen punto. Esta asa se deja con manteca untada por encima ira que no se raje y se hace madurar hasta que pone otro tanto de lo que es la masa, y se oposita en una habitación abrigada. Cuando está la masa bien madura se soba hasta que puede como mantequilla y se hacen los bizcochos, hechos éstos se les unta con manteca,  doblan y se cortan dejando nuevamente que maduren y esponjen hasta ponerse livianos; entonces se hornean en horno templado.

La gastronomía en Potosí y Charcas, siglo XVIII, XIX y XX en torno a la historia de la cocina boliviana.

Beatriz Rossells Montalvo:

LA PAZ-BOLIVIA:

Instituto de Estudios Bolivianos, 2003, 446p.

 


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